En México existe un déficit de investigación en materia de derechos humanos.
A la fecha solamente algunas universidades cuentan con investigadores que tocan temas en la materia y predominantemente están adscritos a las facultades y centros de investigación vinculados con el derecho. Las necesidades actuales del país muestran un importante déficit en los campos de la economía, la ciencia política, la filosofía política, la salud, la cultura, el urbanismo y muchas otras áreas que aparentemente no están relacionadas con los derechos humanos. De ahí la necesidad de formar Doctores en Derechos Humanos que pueden desempeñarse en organismos públicos de derechos humanos, en instituciones educativas, en las diversas instituciones de los Poderes Ejecutivo, Legislativo y Judicial en los tres órdenes de gobierno, así como en organizaciones de la sociedad civil y en el ámbito de asesoría privada. Hoy por hoy la actividad en este campo la desarrollan predominantemente organizaciones de la sociedad civil, consultores y think tank que compilan y publican información con una notable ausencia de rigor académico, que redunda en un nulo impacto en los ciclos de la política pública. De ahí la importancia de formar profesionales que realicen investigación seria fundada en metodologías rigurosas acreditadas y solventes.